lunes, 13 de abril de 2015

LA VIDA DE LEONOR MARTÍNEZ (Por Almudena Arbex Abollado)
Finalista de la 2ª categoría del Certamen Literario "Mio Cid"
IX Semana Cultural Colegio Monte Tabor.



En el siglo XVI hace 500 años nació una niña llamada Leonor. Creció y creció hasta llegar a tener  10 años. Leonor lo tenía todo: dinero, belleza, simpatía... Lo único que no tenía del todo era fe cristiana. Ella no iba a misa todos los domingos ni días de precepto, a pesar de que sus padres se lo dijeran muchísimas veces. Ella como tenía todo: ropa, juguetes,accesorios para sus muñecas... Prefería quedarse en su casa.
 
            Un día su padre cayó muy enfermo, tan enfermo que le dijeron que no podían hacer nada, que moriría temprano. En el momento que le dijeron esto a Leonor, se fue a la capilla a rezar y le prometió a Jesús que cuando fuera mas mayor se haría monja si el curase a su padre. A  los pocos días estaba jugando con su hija en el jardín.

            Después de 5 años se fue a un convento llamado: “La Encarnación”.
            Su compañera de habitación se llamaba Sor Teresa. A ninguna de las dos le apasionaba la oración. Mientras el resto de hermanas oraban, ellas se quedaban hablando en la habitación. Un día en la hora de oración fueron a entrar en la habitación y Teresa vió la cruz con Jesús que tenía sobre su cama. Siempre la habían visto, cada vez que entraban por esa puerta, pero esta vez tenía algo diferente. De el costado de Jesús salía mas sangre, sus heridas eran más profundas y Jesucristo cada vez estaba mas triste.                                                              Teresa, que había leído muchos libros sobre apariciones, sabía que Jesús estaba presente. En ese momento dijeron a la vez:

            -Jesús, ¿Quien te ha hecho esto? -dijeron preocupadas.

            -Vosotras, al saltaros el tiempo de oración,vuestro corazón se hace más pequeño y eso hace sufrir al mío.

            Ellas en el acto fueron a la iglesia del convento. Para no distraerse cada una se puso en un extremo y comenzaron a hacer oración. Teresa miraba disimuladamente a Leonor y veía que sonreía y pensaba para sí: ¿Como alguien que esta todo el día y la noche encerrada en la iglesia podía ser tan feliz?
            Al sentarse en el banco, sin querer, se había sentado en su preciado evangelio. Abrió el libro por la primera página del nuevo testamento. Se imaginaba que estaba en el nacimiento de Jesús, en un pobre pesebre, adorando al Hijo de Dios. Jesús vestía en pañales y en un una cuna hecha de paja reía y pedía a los campesinos que le dieran unos brazos con los que contar.

            Después del tiempo de oración siempre le contaba Teresa a Leonor todas sus “aventuras con Dios”. Leonor era una dibujante estupenda y Teresa tenía una imaginación desbordante y escribía como una artista.
            Entonces Leonor dijo:

  -Podríamos hacer un libro con todos los hechos interesantes que nos han ocurrido gracias a Dios.-sugirió Leonor.

  -¿Podríamos poner lo de mi hermano Rodrigo y yo cuando eramos pequeños?-dijo Teresa.

  -¿Cual?-dijo Leonor.

  -Cuando tenía seis años, mi hermano y yo queríamos ser mártires y nos fuimos camino a la provincia donde estamos ahora, Ávila. Sabíamos seguramente que nos iban a matar, pero queríamos más a Dios que a nuestra vida . Pero al irnos mi tío, que nos vió de camino nos mandó de vuelta a casa.-dijo Teresa.
            Esa noche estuvieron preparando todos los puntos importantes: la portada, la ilustración, la letra,  y la historia.
            Pero no llegaron a hacer el libro porque Teresa cayó muy enferma. Rezaron juntas hasta el día siguiente y al tercer día Teresa estuvo curada. Después, este hecho se escribió, mas todo lo que habían planeado antes. Al final todo el mundo quería el libro tanto que a Leonor y Teresa le llegaron a dar nueve mil millones de ducados entre todos los pueblerinos. La prima de Teresa, que estuvo ocho años en el mismo convento que Teresa le animó a hacer más conventos. Esta idea le apasionó a Teresa y esta se la contó a Leonor. Juntas hicieron diecisiete conventos. El más conocido “las carmelitas descalzas”.
            Cuando Teresa murió, Leonor dijo que Teresa tenía todo el mérito de los libros. Por eso ahora los libros de santa Teresa se conocen como El libro de santa Teresa y no como El libro de santa Teresa de Jesús y Leonor Martínez.

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